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lunes, 25 de septiembre de 2017

XVII Concentración Seat 600 Lugo

60 años no son nada.

Cada vez que hablo del Seat 600, no puedo ocultar una sonrisa, tal vez porque fue el coche en el que más viajé durante mi niñez. Sus reducidas dimensiones, el ronroneo de su motor y la sencillez de sus líneas, se quedaron grabadas a fuego en mi mente, por eso cada vez que surge la oportunidad de verlos, no dudo en hacerles unas fotos.


Esos faros, han iluminado las carreteras nacionales, durante varias generaciones.

Tener tan cerca un icono de la automoción es algo que merece la pena vivir, estos simpáticos vehículos, forman parte de la memoria colectiva desde hace 60 años, y sus dueños en la mayoría de las ocasiones conocen hasta el más ínfimo detalle de su coche, con lo cual es el receptor de todos los mimos y cuidados no sólo por parte del propietario, si no que también por parte de todos los miembros de la familia.


Hay versiones muy "espectaculares" como la Abarth.

El Club 600 de Lugo, lleva 17 ediciones organizando este encuentro, al que asisten aficionados de Lugo, y de otros puntos de la Península Ibérica. 


Cartel de la concentración del año 2017.

Es cierto que observando estos coches, nos damos cuenta de como han cambiado respecto a los actuales, pero sigo defendiendo, que el encanto de conducir un coche clásico, o una moto clásica, es una experiencia totalmente diferente.


Parte trasera con sus "características" rejillas, para la refrigeración del motor.


La plaza de Santa María de Lugo, fue un marco "ideal", para este evento.


Además de conductores y vehículos, se acercaron multitud de aficionados.


Los propietarios con frecuencia charlan con los curiosos.


Esta unidad es un 800, el 600 de 4 puertas.


Estos vehículos, son un  maravilloso patrimonio cultural móvil.


Las versiones más deportivas, suelen llamar mucho la atención.


Detalle del motor de la versión "Abarth".


Aunque era de 600, otros vehículos clásicos acompañaron la comitiva.


Vista lateral del "Abarth".


Otro Seat, pero en este caso 850 Special Coupé.

Espero seguir viendo estos pequeñajos por nuestras carreteras.
Felicidades a la organización por su ilusión y dedicación. 

domingo, 17 de septiembre de 2017

Viajando en el tiempo

Motos para la memoria.

Desde siempre las motos han generado pasión. Pero las que realmente son "diferentes" son las que ya tienen unos años, o bien sus dueños las han restaurado, o las han conservado, son esculturas que todavía tienen el honor de pasearse por las carreteras, llevando a lomos a jinetes románticos que se niegan a soltar su vínculo con el pasado, aferrados defensores de que cualquier tiempo pasado fue mejor. La mayoría poseen un síndrome desconocido que ningún médico se ha aventurado a calificar, pero que en mayor o menor medida todos esos motoristas comparten y entienden. 



Una Honda XBR 500, en una vieja carretera nacional, "su perfecto territorio".

Cuando alguien decide poner una moto "diferente" en su vida, debe saber que no siempre están dispuestas a arrancar, no siempre van a responder como esperas, y todo es una incertidumbre en muchos aspectos, pero ahí está su verdadero encanto.


Las Vespas son motos "especiales", con fanáticos y detractores.

Los viajes en ellas, se convierten en momentos mágicos, en los que poder disfrutar del paisaje, de los buenos amigos y también de la buena gastronomía. 


Una BMW tipo "K", ha sido "preparada" tipo clásica.

Actualmente hay una serie de modas, que han puesto de actualidad lo "vintage", y muchas personas preparan o actualizan a su "gusto" las motocicletas. Café racer, scrambler, bobber...


Esta magnífica BMW GS, París- Dakar, es un buen ejemplo de pasión por las clásicas.

Por contra los puristas, prefieren mantener hasta el más ínfimo detalle como era de origen.


Detalle de un depósito de BMW GS París-Dakar.

Las sensaciones que sus dueños tienen, no se pueden explicar en un texto, es necesario probar lo que se siente al llevar una de estas máquinas, vibran, rugen y hasta huelen diferente.


Detalle de tija y faro de una Sachs V 5.

Si escuchas a sus dueños, te contarán las mil veces que han parado, pero también las mil veces que la gente les saluda, les mira, o los más atrevidos les pide que le dejen hacer unas fotos con ellas. Eso no tiene precio.


Una Yamaha XJ- N de 600, totalmente café-racer.

¿Qué precio tiene la exclusividad?, es una difícil respuesta, puesto que cada detalle que se les pone, o cada pieza que se consigue, es un pequeño reto, que lleva al que tiene la suerte de tener una al siguiente nivel de satisfacción.


Algunas ni siquiera "pasean", están a la vista en tiendas o restaurantes como esta Vespa.

Hace años, la conocida marca de coches Volvo, tenía un spot, para anunciar su modelo 480 decía: "ayuda a embellecer tu ciudad". Con la práctica totalidad de estas motos con "alma", ese objetivo está cumplido.


Detalle del protector del faro de una BMW R75/5.


Una "conservada" Ducati 200 Élite.


Ver estas motos en la calle, siempre alegra el día. (Ducati 200 Élite).


Así de básica es la belleza que tiene esta pequeña Yamaha SR.


La esencia de ir en moto, el placer de descubrir los encantos de estas máquinas, eclipsa cualquier mal momento que puedan tener sus dueños, son pinceladas de los dioses de la velocidad, que atrapan a los que las pilotan, y que disfrutan haciéndolo. Vivir su pasión por las motocicletas diferentes, no por las que se ganan el corazón de los compradores, a base de publicidad en las revistas, o de grandes triunfos en las carreras, si no porque tienen algo diferente, que atrapa como un imán y que sólo se puede explicar desde el corazón no desde la razón.

Ráfagas y saludos en V.